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En un mundo que celebra el conocimiento como motor de progreso, no todos los saberes son valorados de la misma manera. La injusticia epistémica, un término acuñado por la filósofa Miranda Fricker en Epistemic Injustice: Power and the Ethics of Knowing (2007), nos invita a reflexionar sobre cómo ciertos grupos y experiencias son sistemáticamente despojados del derecho a participar en la construcción y validación del saber. Este fenómeno no es solo una cuestión teórica: tiene implicaciones profundas en nuestras relaciones sociales, nuestras instituciones y nuestras luchas por la justicia.
La injusticia epistémica se manifiesta en dos formas principales, definidas por Fricker:
1. Injusticia testimonial
Ocurre cuando el testimonio de una persona es desacreditado o minimizado debido a prejuicios sobre su identidad (Fricker, 2007). Por ejemplo, una mujer indígena en una consulta médica explica que su malestar podría estar relacionado con prácticas alimenticias tradicionales. Sin embargo, el médico descarta sus comentarios como "creencias sin fundamento" y prescribe analgésicos sin explorar las causas subyacentes.
2. Injusticia hermenéutica
Surge cuando ciertas experiencias carecen de conceptos o marcos interpretativos necesarios para ser comprendidas en el discurso dominante (Fricker, 2007). Esto es evidente en el ámbito de la salud mental, donde las vivencias de comunidades marginalizadas a menudo no encajan en las categorías clínicas tradicionales: Un joven afrodescendiente describe a su terapeuta sentimientos de ansiedad vinculados a experiencias de discriminación racial. Sin embargo, el profesional, formado en un enfoque tradicional, clasifica estos síntomas como un trastorno generalizado, ignorando el impacto sociocultural del racismo en su salud mental. Según Michel Foucault, en Historia de la locura en la época clásica (1961), este tipo de exclusión demuestra cómo los discursos dominantes patologizan ciertas experiencias al descontextualizarlas de su dimensión sociopolítica.
Ambas formas de injusticia epistémica no solo silencian a los individuos, sino que perpetúan desigualdades estructurales, ya que aquellos en el poder deciden qué conocimientos son válidos y cuáles no.
La injusticia epistémica en la salud
El ámbito de la salud es un terreno fértil para analizar la injusticia epistémica. Arthur Kleinman en Patients and Healers in the Context of Culture (1980) argumenta que los saberes locales y tradicionales son frecuentemente invalidados en contextos biomédicos, perpetuando desigualdades en la atención médica. Ilustremos: En un hospital urbano, una trabajadora migrante intenta describir su malestar en su lengua natal, pero el personal de salud, al no contar con herramientas para comprenderla, asume que su dolor no es relevante. Este caso, descrito también por Nancy Scheper-Hughes en Death Without Weeping (1992), ilustra cómo la falta de sensibilidad cultural perpetúa la exclusión y agrava la vulnerabilidad.
Combatir esta forma de exclusión implica no solo escuchar, sino también reformular las estructuras de poder que dictan quién puede hablar y quién debe callar.
Más allá de la salud: Una sociedad desigual
La injusticia epistémica impregna múltiples ámbitos sociales, como la educación, la política y los medios de comunicación.
En la educación: Los currículos escolares suelen centrarse en las narrativas de los grupos dominantes, relegando a un segundo plano los saberes indígenas, afrodescendientes o populares. En una clase de historia, los conocimientos de comunidades indígenas sobre la gestión del territorio no son parte del currículo. Según Linda Tuhiwai Smith, en Decolonizing Methodologies (1999), este tipo de exclusión refuerza la hegemonía epistémica colonial.
En los medios de comunicación: Las voces de los movimientos sociales o de grupos marginados son etiquetadas como "radicales" o "ingenuas," perpetuando su exclusión del debate público.
Ejemplo: Un grupo de mujeres migrantes denuncia condiciones laborales precarias en una maquiladora. Sin embargo, sus testimonios son ignorados por los medios locales, que priorizan destacar los beneficios económicos de la empresa en la región.
Combatir la injusticia epistémica
Luchar contra la injusticia epistémica no implica únicamente "dar voz" a los grupos marginados; significa transformar las condiciones que perpetúan su exclusión.
Estrategias clave:
Escucha activa y reconocimiento: Validar los saberes históricamente deslegitimados como parte esencial de una reparación (Fricker, 2007).
Diversidad en los espacios de conocimiento: Incluir perspectivas plurales en las instituciones educativas, las políticas públicas y los debates sociales (Sousa Santos, 2014).
Desmantelar jerarquías: Cuestionar las dinámicas de poder que sitúan ciertos conocimientos por encima de otros, especialmente aquellos asociados con las ciencias occidentales (Foucault, 1961).
Conclusiones
La injusticia epistémica nos recuerda que el conocimiento no es neutro. Es un campo de lucha donde se define quién puede hablar, quién puede ser escuchado y qué saberes son dignos de reconocimiento.
En un mundo obsesionado con la perfección y el progreso, el cambio no solo es una cuestión de justicia, sino de supervivencia colectiva. Como señala Sousa Santos (2014), necesitamos todos los saberes disponibles para enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro más equitativo. No se trata de si estamos dispuestos a escuchar, sino de si podemos seguir permitiéndonos silenciar.
Texto de Mario Ruiz
Referencias Bibliográficas
Fricker, Miranda. Epistemic Injustice: Power and the Ethics of Knowing. Oxford University Press, 2007.
Sousa Santos, Boaventura de. Epistemologies of the South: Justice Against Epistemicide. Routledge, 2014.
Foucault, Michel. Historia de la locura en la época clásica. Fondo de Cultura Económica, 1961.
Kleinman, Arthur. Patients and Healers in the Context of Culture. University of California Press, 1980.
Scheper-Hughes, Nancy. Death Without Weeping: The Violence of Everyday Life in Brazil. University of California Press, 1992.
Smith, Linda Tuhiwai. Decolonizing Methodologies: Research and Indigenous Peoples. Zed Books, 1999.